Como dejar de procrastinar tw
| |

¿Como dejar de Procrastinar?



Era un lunes cualquiera. Llegaste a la escuela un poco más temprano de lo normal y comenzaste a hacer la tarea. Esa para la que tuviste todo el fin de semana y que debías entregar unos minutos después.

¿Alguna vez te sucedió algo similar? Quizás no en la escuela, sino en el trabajo o en tus relaciones sociales.

Si tu respuesta es afirmativa, no estás solo: a Da Vinci le tomó 16 años terminar la Mona LisaMozart terminó de escribir su famosa ópera Don Giovanni la noche anterior al estreno y Victor Hugo solo pudo terminar su obra más conocida, El jorobado de Notre Dame, ya que sus sirvientes lo dejaron desnudo, encerrado en su cuarto con el escrito hasta que lo completó.

 



¿Por qué procrastinamos?

Dejamos las cosas para el último momento. Es una realidad. Pero ¿por qué lo hacemos?

La procrastinación (dejar los deberes para después) surge principalmente por la ansiedad que genera una tarea y la falta de voluntad para completarla.

La percibimos como algo demasiado desafiante, abrumador, tedioso o aburrido y la mera idea de trabajar en ella nos produce estrés, lo cual causa que nos decantemos por realizar otras actividades más placenteras o menos complicadas.

Pero lo malo no termina ahí; si la procrastinación forma parte de nuestra vida común, puede ocasionar problemas con la autoestima, depresión y hasta dependencia física y emocional a los elementos externos que usamos para distraernos, como la televisión, la computadora o el teléfono móvil, entre otros.

¿Cómo dejar de procrastinar?

Una vez que comprendemos que dejar las cosas para después es una forma de lidiar con la presión y el estrés, nos damos cuenta de que la procrastinación no es una parte de nosotros.

Es decir, no eres un procrastinador, sino una persona con el hábito de procrastinar. Dejar las cosas para después no forma parte de lo que eres, sino de las experiencias pasadas que te enseñaron a manejar la tensión de esa manera.

Y lo bueno de todo mal aprendizaje es que con algo de esfuerzo podemos corregirlo.

Rompe con el hábito de la procrastinación

Como indica la escritora Mel Robbins, los hábitos tienen tres partes:

  1. Desencadenante: lo que origina nuestra conducta; en el caso de la procrastinación siempre es el estrés.
  2. Patrón: lo que repetimos una y otra vez ante ese estímulo; en la procrastinación es el evitar las tareas que nos causan ansiedad.
  3. Recompensa: el reforzador que recibe nuestra conducta; es el alivio que sentimos al no tener que concentrarnos en tareas estresantes.

El primer paso es volvernos conscientes de lo que hacemos.

El secreto para dejar de procrastinar está en detenernos un instante y reflexionar acerca de nuestras acciones.

Nunca vamos a tener una vida libre de estrés, es algo que va implícito cuando avanzamos por el camino hacia cumplir nuestras metas; por ello, necesitamos trabajar no en el desencadenante de nuestro hábito, sino en el patrón que repetimos.

Esto se hace de la siguiente manera:

1 – RECONOCE

Cuando descubras que estás demorando la realización de una tarea o que estás distrayéndote con otras actividades no productivas, detente de inmediato y acepta que estás procrastinando.

2 – RELÁJATE

Respira hondo y haz una cuenta regresiva (5,4,3,2,1). Esto interrumpirá el proceso mental al que estás acostumbrado y preparará tu córtex prefrontal para trabajar.

3 – REALIZA

Haz la tarea que estabas procrastinando, aunque sea por cinco minutos. Hay investigaciones que sugieren que el 80% de las personas, una vez que ha comenzado un trabajo, continuará hasta que termine. Independientemente de este resultado, estarás eliminando de tu cerebro el hábito de la procrastinación.

Una vez que estamos en camino de superar el hábito, podemos apoyarnos en tres métodos que juntos crean un estilo de trabajo difícil de romper. Así será más fácil dejar de procrastinar.

1 – Para dejar de procrastinar… cómete un sapo

Los primeros dos están basados en una frase que se atribuye a Mark Twain:

“Come un sapo vivo por la mañana y nada peor te ocurrirá durante el resto del día”.

El legendario autor no estaba sugiriendo en realidad que comernos a un pobre animal nos daría un impulso de productividad.

Lo que esta frase significa es que, si comienzas tu día dedicándole las primeras horas a la tarea más difícil o aburrida, esa que te causa más ansiedad, el resto del día te resultará mucho más llevadero.

Incluso es posible que la sensación que te produzca el éxito en eso que parecía imposible, te dé el impulso necesario para arrasar con las demás tareas.

Así evitarás procrastinar con el pretexto de que se terminó el día o de que estás demasiado cansado para dedicarle tiempo a ese proyecto o que ya fue un día productivo por trabajar en otros deberes más sencillos.

2 – El método de la flecha

La misma premisa se puede aplicar para tu semana. Esto es conocido como el método de la flecha.

Si comienzas tu semana laboral con aquellas tareas que no quieres realizar, las más complejas y pesadas, cada día irá siendo más sencillo que el anterior.

¿Te imaginas si el impulso que te da el éxito se extiende no solo al resto de tu día sino al de toda tu semana?

3 – La tabla de Eisenhower

La tercera y última parte de esta técnica se la debemos a Dwight D. Eisenhower.

Fue un militar norteamericano que sirvió como presidente de Estados Unidos, fue el comandante supremo del ejército aliado en el frente de Europa occidental durante la Segunda Guerra Mundial y fue el encargado de la invasión que decantó en la victoria sobre la Alemania nazi.

Además, durante su gobierno se sentaron las bases que llevaron a la creación del sistema de autopistas estadounidense, el internet y la NASA.

Es fácil inferir que tenía muchas cosas que hacer, pero para lidiar con ello hacía uso de una herramienta que hoy es la más conocida entre los lifehackers y que lleva su nombre: la tabla de Eisenhower.

Se trata de una matriz de información que consiste en dos filas y dos columnas. Las columnas representan las tareas que son urgentes y no urgentes; las filas, las tareas importantes y no importantes.

Para decidir qué hacer con cada actividad basta con escribirlas en el cuadrante que le corresponde.

  1. Importante / Urgente: Haz estas actividades de inmediato. No te permitas procrastinar.
  2. Importante / No urgente: Programa un momento en tu día para realizar estas tareas. Solo hazlas una vez que hayas terminado las anteriores o al menos hecho avances significativos en ellas.
  3. No importante / Urgente: Si es posible, delega esta actividad a alguien más. Si alguien puede apoyarte a cumplir algo sin afectar drásticamente su rutina, estarás recuperando mucho de tu tiempo.
  4. No importante / No urgente: Si en realidad te interesa cumplir tus metas, seguro que hay actividades más productivas que ver televisión o revisar tus redes sociales.

En conclusión

La conjunción de estos tres métodos resulta en la técnica definitiva para vencer la procrastinación y dejar de perder el tiempo.

Debes estar consciente de que es muy probable que no te resulte fácil aplicarla en tu vida y que las primeras veces te descubrirás volviendo a los viejos hábitos. Es algo normal.

Dejar de procrastinar es una tarea que requiere práctica constante.

No obstante, mantén en mente que una vez que lo hayas logrado, tu vida estará libre de procrastinación.

¿Puedes visualizarlo? Quizás convertir esta técnica en parte de tu rutina será el primer sapo que tengas que comer, pero te aseguro que una vez que lo domines el resto será más sencillo y satisfactorio.

¿Hay otro método que podrías agregar a estos para maximizar tu productividad y dejar de procrastinar? No dudes en comentarlo.



 

Hola, 👋 encantados de conocerte.

Regístrate para recibir contenido interesante en tu bandeja de entrada, cada mes.

¡No hacemos spam! Lee nuestra [link]política de privacidad[/link] para obtener más información.

Publicaciones Similares