Cuatro comidas diarias
Cuatro comidas diarias
Los alimentos que necesitamos para vivir no los tomamos de una vez. Debemos distribuirlos en una dieta equilibrada, a lo largo del día, en cuatro comidas.
A la mañana, el desayuno…
Con jugos naturales, leches, cereales o galletas. Así tendremos la fuerza necesaria para jugar, estudiar, aprender y crecer. Porque, durante la noche, nuestro descansa y pasa muchas horas sin comer.
Entonces, a la mañana necesita «combustible» para funcionar. Para eso, es importante levantarnos con tiempo y saborear el desayuno sin apuros ni corridas.
Al mediodía, el almuerzo…
Con sopa, carne con ensalada o puré (un plato de pastas o un rico guiso), agua o jugo, y de postre, una fruta, un flan o una fresca gelatina frutal.
A la tarde, la merienda…
Con leche chocolatada o té con leche, tostadas con manteca y mermelada, o una porción de torta. La comida dulce de la tarde nos permite pasar un lindo momento con algún amigo, además de reponer las energías que gastamos después del trabajo, estudio o juego.
A la noche, la cena…
Que es la última comida del día. Es bueno comer liviano, para poder descansar mejor.
Un rico arroz con vegetales o un pescado al horno con puré de calabaza, o una tarta de jamón y queso (o de verduras y huevos), agua o jugo, y una fruta son algunos de los alimentos adecuados.
lo importante es cenar temprano para no irse a dormir enseguida después de comer. Así, además, tendremos tiempo para disfrutar de la sobremesa y dialogar en familia sobre lo que hicimos en el día, o compartir algún juego tranquilo.
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