10 MANERAS DE REDUCIR AL MÍNIMO LOS FRACASOS
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10 maneras de reducir al mínimo los fracasos

1.- Encontrar el equilibrio entre las aspiraciones y el realismo: Las metas han de ser exigentes pero alcanzables. Si picamos demasiado alto o pretendemos llegar de un tirón, el fracaso está programado. En cambio, es admisible ambicionar una meta muy alta siempre que se establezca una gradación de objetivos parciales, que nos conduzca paso a paso y permita evaluar el avance. En cuanto a nuestro rendimiento, no seamos tampoco demasiado perfeccionaras al evaluarlo. No juzguemos con excesiva severidad el lapsus ocasional, sin que esto quiera decir que sea menester conformarse con resultados inferiores a lo normal.

2.- Reconocer la importancia de la actitud: Numerosos estudios han demostrado el efecto e las actitudes sobre el rendimiento. En cualquier situación en que nos encontremos, nuestra actitud es uno de los factores que podemos controlar. Evite la tendencia a contemplarse como una pobre victima agobiada por las circunstancias . Asuma el papel del profesional competente que sabe controlar las situaciones, y aproximarse a los problemas de manera creativa y constructiva, sabiendo que siempre conseguirá encontrar una solución.

3.-Barajar varios puntos de vista: Toda situación, como sabemos, admite mas de una perspectiva. Ante cualquier acontecimiento siempre podemos cambiar nuestro punto de vista hasta que encontremos un punto de apoyo para rehacernos. Para ello hay que preguntarse:

-¿De que manera podríamos considerarlo?
-¿Qué opciones tengo?
-¿Qué cosas nuevas he aprendido de esta experiencia?
-¿Cómo lo haré mejor la próxima vez?

Preguntas que piden respuestas y que le encaminarán hacia una reacción positiva frente a la dificultad. Pero también es necesario que sean preguntas del genero correcto: las que nos ayudan a progresar. Quedarse cavilando sobre las ruinas no sería lo correcto. Por tanto, no hay que preguntarse <<¿en que me he equivocado?>> (mirando hacia atrás), sino reformular la cuestión diciendo <<¿qué voy a hacer de distinta manera en adelante?>> (mirando hacia el futuro).

4.- Establecer nuestros propios criterios de lo que es un trabajo bien hecho: Veamos el caso de Sara, una estudiante, para ella el éxito dependía de lo que esperaba que manifestasen sus oyentes. Al no producirse ninguna manifestación, Sara considera que ha fracasado. En realidad lo que hizo fue depositar su autoestima en manos de otras personas. Nosotros, siempre que sea posible, haremos que la medida de nuestro éxito sea independiente de los juicios de otras personas, y también de la percepción que tengamos de dicho juicio. En una entrevista de trabajo por ejemplo, nos desentenderemos del resultado para fijarnos en cómo resolvimos las preguntas, con independencia de si fuimos elegidos o no. Con este planteamiento, además de emanciparnos de la estimación de los demás, tendremos pistas acerca de lo que tal vez deberíamos hacer de otra manera en el futuro.

5.- Ponerlo en perspectiva: Cuando estamos en el caso, la sensación de haber fracasado nos parece lo más grave del mundo. Pero pregúntese si tendrá tanta importancia dentro de diez años. Considere ocasiones anteriores en que creyó haber fracasado. ¿Realmente fueron tan desesperadas como parecieron entonces? ¿Y los testigos? ¿Cree que le han juzgado por aquello? Analice: ¿Dedica tiempo a vigilar los fallos de los demás para tenerlos en cuenta toda la vida? Por supuesto que no. Lo más probable es que incluso las veces que nos pareció quedar en ridículo apenas se fijase nadie y además lo habrán olvidado desde entonces.

6.- Abandone la noción de que sólo vale la pena jugar la partida para ganar: Desde luego hay que apuntar al éxito y celebrarlo si se produce, pero si eso es lo único que nos importa, difícilmente toleraremos el dolor y la decepción de los ocasionales reveses. Es aconsejable fijarse en el proceso, por consiguiente, y no sólo en el premio. Disfrute la satisfacción de hacer bien el trabajo en todos sus detalles, y concédase recompensas cada vez que haya superado alguno de los obstáculos que irán saliéndole al paso.

7.- No se lo tome como cuestión personal: Una de las tendencias más corrientes y más desafortunadas es la que consiste en tomarse reveses y los fallos, no como retos que nos invitan a cambiar nuestra conducta, sino como indicaciones que algo anda mal con nosotros. Empezamos a mirarnos como fracasados, no como personas que han tenido un fracaso. Es importante la capacidad para aprender de los errores, pero poco aprendemos si vienen siempre acompañados de una pérdida de autoestima.

8.- Mantenga un historial de reveses superados: Cuando se enfrente confiadamente a un nuevo reto, ¿qué le induce a decirse a sí mismo <<puedo conseguirlo>>? Por lo general, la experiencia. Recuerda cómo triunfó con problemas anteriores y en alguna manera parecidos. Tiene ahí una referencia a la que puede remitirse y le permite crecer que saldrá airoso del nuevo desafío. Pruebe llevar un Diario en donde quedarán consignados los retos superados y las realizaciones de la jornada por pequeñas que sean.

9.- Sentido del humor: Saber burlarse de sí mismo es la cualidad esencial del superviviente. Para buscar el aspecto divertido de una situación hay que distanciarse, contemplarla en perspectiva. Además se ha demostrado que la risa es saludable porque disminuye el estrés y la tensión. Es fácil burlarse de los apuros del pasado, pero no caemos en cuenta de hacerlo precisamente cuando nos sería más útil. Cuando nos reímos de nosotros mismos asumimos nuestras insuficiencias pero sin el impacto negativo de la autocondenación; desde tal estado de ánimo es más fácil rehacerse.

10.- Recuerde que rehacerse de los fracasos es vital para alcanzar realizaciones: Algunos de los mayores triunfos se recuerdan sólo porque alguien perseveró después de haber fracasado. Se dice Thomas Edison realizó casi dos mil experimentos fallidos antes de conseguir la bombilla eléctrica que funcionase. Henry Ford estuvo cinco veces arruinado antes de triunfar. Winston Churchill no llegó a primer ministro hasta la edad de sesenta y dos años, después de una carrera marcada por las derrotas y los reveses. Estos tres personajes tuvieron algo que decir sobre el tema del fracaso:



«El éxito consiste en ir de fracaso en fracaso sin perder el entusiasmo»


Winston Churchill


«El fracaso es la oportunidad de volver a empezar con más inteligencia».

Henry Ford


«Muchos fracasados en la vida son personas que en el momento de rendirse no se dieron cuenta de lo cerca que estaban del éxito».

Thomas Edison

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