Procrastinación: el secreto para ser más productivo.

La procrastinación es un fenómeno muy común en las personas; todos hemos postergado algo que debíamos hacer para entretenernos un rato.

He visto muchos artículos y vídeos sobre “cómo dejar de procrastinar”, como si esto fuera algo malo, así que decidí escribir sobre cómo procrastinar y salirte con la tuya.

Se suele tener la fantasía de un ideal donde si todos trabajaran sin descanso terminarían más rápido, lo cual es un error. Trabajar sin distracciones sin duda es beneficioso para la productividad, no obstante, conforme pasa el tiempo, la capacidad creativa de la persona se ve agotada y deja de ser productiva; es decir, cuando una persona trabaja sin descanso puede llegar a bloquearse y pasar más tiempo contemplando el trabajo o distrayéndose que realmente trabajando en él. Por esto es que las horas extras realmente no suelen ser muy productivas.

  Byun-Chul han, un filósofo influyente en Alemania, en su libro de La Sociedad del Cansancio explica desde diferentes ángulos las razones por las cuales estamos agotados sin razón aparente. El autor refiere que estamos sobreestimulados por una sociedad que nos invita a decir “sí” a todo, donde es difícil rechazar una actividad, un trabajo, una salida, una diversión que implica más esfuerzo para nosotros, y al no poder hacerlo todo deviene el agotamiento y la decepción. El hombre se pregunta “¿Por qué no soy capaz de hacer esto que debería ser sencillo?”, “si otros pueden, ¿por qué yo no?”. De esta forma se comienza a presionar para continuar haciendo todo, dado que lo importante ya no es obedecer a un jefe, sino obedecerse a sí mismo. Así toda actividad, ya sea trabajo o descanso, se vuelve una carga pesada para el hombre.

Aquí es donde saber utilizar correctamente la procrastinación juega un papel importante. Para reducir el estrés generado por esta sobreestimulación, decidimos hacer actividades placenteras. He aquí el secreto. Hay dos tipos de actividades placenteras que podemos desempeñar para nuestro descanso: las actividades estimulantes, las actividades contemplativas.

Las actividades estimulantes de descanso pueden ser jugar videojuegos, ver series, usar las redes sociales, chatear, ir a fiestas, entre otros. Este tipo de actividad es energizante y adictiva. Puedes llevar horas haciéndola sin darte cuenta y muchas veces es difícil dejarla a menos de que estés cansado. Al terminar de realizarla seguirás cansado y será difícil mantener la concentración en una actividad menos interesante.

Las actividades contemplativas de descanso generan reposo e incluso pueden llevar del sueño a la sensación de tener energía. Estas son escuchar música, practicar meditación, caminar, las manualidades, el yoga, el mindfulness, ir a un parque, o cualquier acción en la que puedas permanecer en silencio. Practicar con regularidad este tipo de actividades favorece la concentración y permite engancharse con mayor facilidad en tareas importantes.

Para utilizar la procrastinación con efectividad se recomienda:

1.- Empieza a hacer el trabajo. Probablemente te estés preguntando ¿qué tiene que ver esto con la procrastinación? Lo importante no es dejar de hacer el trabajo, sino cómo utilizas el descanso. Cuando procrastinas luego de trabajar tu cerebro sigue trabajando en lo que estabas haciendo. Sin saberlo, estás organizando la información y resolviendo aquellos problemas que dejaste inconclusos. Por este motivo es necesario empezar. Este es un paso difícil, sobre todo si estás acostumbrado a dejar las cosas de último minuto, así que respira, junta tus fuerzas y empieza por levantarte de donde estés para dirigirte a tu lugar de trabajo.

2.- Aleja las distracciones y concéntrate aunque sea unos minutos. Puedes leer el trabajo, tratar de comprenderlo, leer los subtítulos u organizar la forma en la que lo realizarás. Trabaja hasta el momento en el que te sientas agotado, no importa cuánto tiempo sea, lo importante es que al menos tengas una idea de lo que debes hacer.

3.-Procrastina. Deja el trabajo inconcluso y descansa. Ni siquiera pienses en el trabajo en ese momento, relájate y sumérgete en lo que estás haciendo. Puedes poner una alarma para que no te estés preocupando por el tiempo que le dedicas a tu diversión. Si se te dificulta mucho la disciplina te recomiendo hacer una actividad contemplativa de descanso. Una vez que logres disciplinarte puedes utilizar cualquiera de los dos. Escoge bien entre las actividades de descanso; tú conoces tu cuerpo y sabes lo que necesitarás más. Tal vez un día estés muy apagado y necesitarás de más estimulación, y otro día necesitarás tomarte las cosas con calma.

4.- Vuelve al trabajo. Ahora que has descansado será más fácil continuar con lo que estabas haciendo. En este momento podrás explorar nuevas e ideas y te concentrarás más fácilmente en tus labores.

Lo importante es administrar tu energía. Una vez que aprendes a administrar tu energía descubrirás la gran cantidad de cosas que puedes hacer. Así que recuerda, no dejes de procrastinar efectivamente.